lunes, 26 de abril de 2010

autobiografia

...mi autobiografia....margie julieth cruz rodriguez


mi nombre es margie juleith cruz rodriguez naci el 2 de febrero de 1996 tengo 14 años tengo una familia muy hermosa mi papá se llama luis carlos cruz miranda mi mamá se llama darnelly rodriguez mi hermana se llama mayerlin andrea mi prima se llama heidy y mi mascota se llama max ,vivo en villas de granada estudio en el colegio luigi pirandello en el grado 10 mis compañeros y amigas son muy cheveres los quiero mucho ,cuando pequeña tuve muchas experiencias ya que yo era un poco traviesa y extrovertida por ejemplo un amigo de mi infancia me corto el cabello y yo a el me rode por las escaleras tome agua del inodoro mi perro me mordio el dedo chiQuito y no llore me raje la lengua con una cuchilla de afeitar e.t.c..............son demasiadas experiencias pero bueno hablemos de mi vida de hoy .todos los dias voy a estudiar los sabados y los domingos me la paso con mi familia o algunas vez con mis amigos amo mi vida le doy gracias a Diosito por darmela me gusta reirme demasiado con mis amigas

tengo unas amigas que las amo muchisisismo que son jeimy marcela daniela andrea y paula con las que he vivido demasiadas cosas hermosas pero lastimosamente a mi padre lo transladaron a cali por cuestion de trabajo entonces en junio me voy de bogota a cali extrañare mucho mi bella ciudad ya que como bogota no hay dos. bueno eso es un poco de todo lo que les tengo por contar de mii vida pero todavia falta mucho mas ...amo a mi familia y amigos y me amo....

..BY:Margie Julieth Cruz Rodriguez ^^

analisis de la cancion que nos gusta o identifica

analisis de cada parrafo
cancion

COLOR ESPERANZA-DIEGO TORRES

Sé que hay en tus ojos con solo mirar
que estas cansado de andar y de andar
y caminar girando siempre en un lugar

Sé que las ventanas se pueden abrir
cambiar el aire depende de ti
te ayudara vale la pena una vez más

si uno se propone a cambiar de ambiente lo logra hacer no siempre nos debemos quedar en un mismo lugar ,
Saber que se puede querer que se pueda
quitarse los miedos sacarlos afuera
pintarse la cara color esperanza
tentar al futuro con el corazón
tener fe de que las cosas que uno quiere conseguir las podra cumplir sacar las cosas negativas para que nos vaya mejor
Es mejor perderse que nunca embarcar
mejor tentarse a dejar de intentar
aunque ya ves que no es tan fácil empezar
nunca las cosas se consiguen facilmente si quiero triunfar debo luchar
Sé que lo imposible se puede lograr
que la tristeza algún día se irá
y así será la vida cambia y cambiará

debo estar con la mente abierta no cerrarme,decir que lo puedo lograr y dejar atras las cosas que me ponentriste i me lo propongo las cosas van a cambiar
Sentirás que el alma vuela
por cantar una vez más

veras los cambios por hacer cosas que me propongo y las puedo cumplir
Vale más poder brillar
que solo buscar ver el sol

no hacer las cosas mediocremente si no alcanzar hasta el maximo si puedo dar mucho mas

TALLER SEGUNDA SESION APRENDIZAJE AUTONOMO


PERSONAL
HORAS %
SUEÑO 46h - 25%
COMIDAS 11h - 8.9%
ASEO & VESTIDO 7h - 4.16%
TRANSPORTE 2h - 2.3%
MANTENIMIENTO PERSONAL 9h - 4.16%
SUB-TOTAL 75h - 44.52%

TRABAJO
HORAS %
PLANEACION 5h - 2.97%
ORGANIZACION 10h - 5.95%
EJECUCION 13h - 7.73%
CONTROL 5h - 2.97%
SUB-TOTAL 33h - 19.62%

DESARROLLO
HORAS %
FAMILIA 10h - 2.97%
RECREACION & DEPORTE 5h - 2.97%
CULTURA & EDUCACION 40h - 26.78%
OCIO 5h - 2.97%
SUB-TOTAL 60h - 35.69%


TOTAL:168 H
%:100 %
ideas principales
ideas secundarias
ideas secundarias menos importantes

.LA PROCLAMA: POR UN PAÍS AL ALCANCE DE LOS NIÑOS
GABRIEL GARCÍA MÁRQUEZ

Los primeros españoles que vinieron al Nuevo Mundo vivían aturdidos por el canto de los pájaros, se mareaban con la pureza de los olores y agotaron en pocos años una especie exquisita de perros mudos que los indígenas criaban para comer. Muchos de ellos, y otros que llegarían después, eran criminales rasos en libertad condicional, que no tenían más razones para quedarse. Menos razones, tendrían muy pronto los nativos para querer que se quedaran.
Cristóbal Colón, respaldado por una carta de los reyes de España para el emperador de China, había descubierto aquel paraíso por un error geográfico que cambió el rumbo de la historia. La víspera de su llegada, antes de oír el vuelo de las primeras aves en la oscuridad del océano, había percibido en el viento una fragancia de flores de la tierra que le pareció la cosa más dulce del mundo. En su diario de a bordo escribió que los nativos los recibieron en la playa como sus madres los parieron, que eran hermosos y de buena índole, y tan cándidos de natura, que cambiaban cuanto tenían por collares de colores y sonajas de latón. Pero su corazón perdió los estribos cuando descubrió que sus narigueras eran de oro, al igual que las pulseras, los collares, los aretes y las tobilleras; que tenían campanas de oro para jugar, y que algunos ocultaban sus vergüenzas con una cápsula de oro. Fue aquel esplendor ornamental, y no sus valores humanos, lo que condenó a los nativos a ser protagonistas del nuevo Génesis que empezaba aquel día. Muchos de ellos murieron sin saber de dónde habían venido los invasores. Muchos de éstos murieron sin saber dónde estaban. Cinco siglos después, los descendientes de ambos no acabamos de saber quiénes somos.
Era un mundo más descubierto de lo que se creyó entonces. Los incas, con diez millones de habitantes, tenían un estado legendario bien constituido, con ciudades monumentales en las cumbres andinas para tocar al dios solar. Tenían sistemas magistrales de cuenta y razón, y archivos y memoriales de uso popular, que sorprendieron a los matemáticos de Europa, y un culto laborioso de las artes públicas, cuya obra magna fue el jardín del palacio imperial, con árboles y animales de oro y plata en tamaño natural. Los aztecas y los mayas habían plasmado su conciencia histórica en pirámides sagradas entre volcanes acezantes, y tenían emperadores clarividentes y artesanos sabios que desconocían el uso industrial de la rueda, pero la utilizaban en los juguetes de los niños.
En la esquina de los dos grandes océanos se extendían cuarenta mil leguas cuadradas que Colón entrevió apenas en su cuarto viaje, y que hoy lleva su nombre: Colombia. Lo habitaban desde hacía unos doce mil altos varias comunidades de diversas lenguas y culturas distintas, y con sus identidades propias bien definidas. No tenían una noción de estado, ni unidad política entre ellas, pero habían descubierto el prodigio político de vivir como iguales en las diferencias. Tenían sistemas antiguos de ciencia y educación, y una rica cosmología vinculada a sus obras de orfebres geniales y alfareros inspirados. Su madurez creativa se había propuesto incorporar el arte a la vida cotidiana —que tal vez sea el destino superiores de las artes— y lo consiguieron con aciertos memorables, tanto en los utensilios domésticos como en el modo de ser.
El oro y las piedras preciosas no tenían para ellos un valor de cambio sino un poder cosmológico y artístico, pero los españoles los vieron con los ojos de Occidente: oro y piedras preciosas de sobra para dejar sin oficio a los alquimistas y empedrar los caminos del cielo con doblones de a Cuatro. Esa fue la razón y la fuerza de la Conquista y la Colonia, y el origen real de lo que somos.
Tuvo que transcurrir un siglo para que los españoles conformaran el estado colonial, con un solo nombre, una sola lengua y un solo dios. Sus límites y su división política de doce provincias eran semejantes a los de hoy. Esto dio por primera vez la noción de un país centralista y burocratizado, y creó la ilusión de una unidad nacional en el sopor de la Colonia. Ilusión pura, en una sociedad que era un modelo oscurantista de discriminación racial y violencia larvada, bajo el manto del Santo Ofició. Los tres o Cuatro millones de indios que encontraron los españoles estaban reducidos a un millón por la crueldad de los conquistadores y las enfermedades desconocidas que trajeron consigo. Pero el mestizaje era ya una fuerza demográfica incontenible. Los miles de esclavos africanos, traídos por la fuerza para los trabajos bárbaros de minas y haciendas, habían aportado una tercera dignidad al caldo criollo, con nuevos rituales de imaginación y nostalgia, y otros dioses remotos. Pero las leyes de Indias habían impuesto patrones milimétricos de segregación según el grado de sangre blanca dentro de cada raza: mestizos de distinciones varias, negros esclavos, negros libertos, mulatos de distintas escalas. Llegaron a distinguirse hasta dieciocho grados de mestizos, y los mismos blancos españoles segregaron a sus propios hijos como blancos criollos.
Los mestizos estaban descalificados para ciertos cargos de mando y gobierno y otros oficios públicos, o para Ingresar en colegios y seminarios. Los negros carecían de todo, inclusive de un alma; no tenían derecho a entrar en el cielo ni en el infierno, y su sangre se consideraba impura hasta que fuera decantada por cuatro generaciones de blancos. Semejantes leyes no pudieron aplicarse con demasiado rigor por la dificultad de distinguir las intrincadas fronteras de las razas, y por la misma dinámica social del mestizaje, pero de todos modos aumentaron las tensiones y las violencias raciales. Hasta hace pocos años no se aceptaban todavía en los colegios de Colombia a los hijos de uniones libres.
Los negros, iguales en la ley, padecen todavía de muchas discriminaciones, además de las propias de la pobreza.
La generación de la Independencia perdió la primera oportunidad de liquidar esa herencia abominable. Aquella pléyade de jóvenes románticos inspirados en las luces de la revolución francesa, instauró una república moderna de buenas Intenciones, pero no logró eliminar los residuos de la Colonia. Ellos mismos no estuvieron a salvo de sus hados maléficos. Simón Bolívar, a los 35 años, había dado la orden de ejecutar ochocientos prisioneros españoles, inclusive a los enfermos de un hospital. Francisco de Paula Santander, a los 28, hizo fusilar a los prisioneros de la batalla de Boyacá, inclusive a su comandante. Algunos de los buenos propósitos de la república propiciaron de soslayo nuevas tensiones sociales de pobres y ricos, obreros y artesanos y otros grupos marginales. La ferocidad de las guerras civiles del siglo XIX no fue ajena a esas desigualdades, como no lo fueron las numerosas conmociones políticas y civiles que han dejado un rastro de sangre a lo largo de nuestra historia.
Dos dones naturales nos han ayudado a sortear ese sino funesto, a suplir los vacíos de nuestra condición cultural y social, y a buscar a tientas nuestra identidad. Uno es el don de la creatividad, expresión superior de la inteligencia humana. El otro es una arrasadura determinación de ascenso personal. Ambos, ayudados por una astucia casi sobrenatural, y tan útil para el bien como para el mal, fueron un recurso providencial de los indígenas contra los españoles desde el día mismo del desembarco. Para quitárselos de encima, mandaron a Colón de isla en isla, siempre a la isla siguiente, en busca de un rey vestido de oro que no había existido nunca. A los conquistadores convencidos por las novelas de caballería los engatusaron con descripciones de ciudades fantásticas construidas en oro puro. A todos los descaminaron con la fábula de El Dorado mítico que una vez al año se sumergía en su laguna sagrada con el cuerpo empolvado de oro. Tres obras maestras de una epopeya nacional, utilizadas por los indígenas como un instrumento para sobrevivir. Tal vez de esos talentos precolombinos nos viene también una plasticidad extraordinaria para asimilarnos con rapidez a cualquier medio y aprender sin dolor los oficios más disímiles: fakires en la India, camelleros en el Sahara o maestros de inglés en Nueva York.
Del lado hispánico, en cambio, tal vez nos venga el ser emigrantes congénitos con un espíritu de aventura que no elude los riesgos. Todo lo contrario: los buscamos. De unos cinco millones de colombianos que viven en el exterior, la inmensa mayoría se fue a buscar fortuna sin más recursos que la temeridad, y hoy están en todas partes, por las buenas o por las malas razones, haciendo lo mejor o lo peor, pero nunca inadvertidos. La cualidad con que se les distingue en el folclor del mundo entero es que ningún colombiano se deja morir de hambre. Sin embargo, la virtud que más se les nota es que nunca fueron tan colombianos como al sentirse lejos de Colombia.
Así es. Han asimilado las costumbres y las lenguas de otros como las propias, pero nunca han podido sacudirse del corazón. Las cenizas de la nostalgia, y no pierden ocasión de expresarlo con toda clase de actos patrióticos para exaltar lo que afloran de la tierra distante, inclusive sus defectos. En las ciudades menos pensadas de cualquier país puede encontrarse a la vuelta de una esquina la reproducción en vivo de una calle cualquiera de Colombia: las casas de colores intensos, la funda con el nombre de la ciudad amada, el salón de cine en español, la escuela 20 de Julio junto a la cantina 7 de Agosto con sus chorros de músicas enloquecidas, la plaza de árboles polvorientos todavía con las guirnaldas de papel del último viernes fragoroso.
La paradoja es que estos conquistadores nostálgicos, como sus antepasados, nacieron en un país de puertas cerradas. Los libertadores trataron de abrirlas a los nuevos vientos de Inglaterra y Francia, a las doctrinas jurídicas y éticas de Bentham, a la educación de Lancaster, al aprendizaje de las lenguas, a la popularización de las ciencias y las artes, para borrar los vicios de una España más papista que el papa y todavía escaldada por el acoso financiero de los judíos y por ochocientos años de ocupación islámica. Los radicales del siglo XIX, y más tarde la Generación del Centenario, volvieron a proponérselo con políticas de migraciones masivas para enriquecer la cultura del mestizaje, pero unas y otras se frustraron por un temor casi teológico de los (demonios exteriores. Aun hoy estamos lejos de imaginar cuánto; dependemos del vasto mundo que ignoramos. )
Somos conscientes de nuestros males, pero nos hemos desgastado luchando contra los síntomas mientras las causas se eternizan. Nos han escrito y oficializado una versión complaciente de la historia, hecha más para esconder que para clarificar, en la cual se perpetúan vicios originales, se ganan batallas que nunca se dieron y se sacralizan glorias que nunca merecimos. Pues nos complacemos en el ensueño de que la historia no se parezca a la Colombia en que vivimos, sino que Colombia termine por parecerse a su historia escrita.
Por lo mismo, nuestra educación conformista y represiva no parece concebida para que los niños se adapten por la fuerza a un país que no fue pensado para ellos, en lugar de poner el país al alcance de ellos para que lo transformen y engrandezcan. Semejante despropósito restringe la creatividad y la intuición congénitas, y contraría la imaginación, la clarividencia precoz y la sabiduría del corazón, hasta que los niños olviden lo que sin duda saben de nacimiento: que la realidad no termina donde dicen los textos, que su concepción del mundo es más acorde con la naturaleza que la de los adultos, y que la vida sería más larga y feliz si cada quien pudiera trabajar en lo que le gusta, y sólo en eso.
Esta encrucijada de destinos ha forjado una patria densa e indescifrable donde lo inverosímil es la única medida de la realidad. Nuestra insignia es la desmesura. En todo: en lo bueno y en lo malo, en el amor y en el odio, en el júbilo de un triunfo y en la amargura de una derrota. Destruimos a los ídolos con la misma pasión con que los creamos. Somos intuitivos, autodidactas espontáneos y rápidos, y trabajadores encarnizados, pero nos enloquece la sola idea del dinero fácil. Tenemos en el mismo corazón la misma cantidad de rencor político y de olvido histórico. Un éxito resonante o una derrota deportiva pueden costarnos tantos muertos como un desastre aéreo. Por la misma causa somos una sociedad sentimental en la que prima el gesto sobre la reflexión, el ímpetu sobre la razón, el calor humano sobre la desconfianza. Tenemos un amor casi irracional por la vida, pero nos matamos unos a otros por las ansias de vivir. Al autor de los crímenes más terribles lo pierde una debilidad sentimental. De otro modo: al colombiano sin corazón lo pierde el corazón. Pues somos dos países a la vez: uno en el papel y otro en la realidad. Aunque somos precursores de las ciencias en América, seguimos viendo a los científicos en su estado medieval de brujos herméticos, cuando ya quedan muy pocas cosas en la vida diaria que no sean un milagro de la ciencia. En cada uno de nosotros cohabitan, de la manera más arbitraria, la justicia y la impunidad; somos fanáticos del legalismo, pero llevamos bien despierto en el alma un leguleyo de mano maestra para burlar las leyes sin violarlas, o para violarías sin castigo. Amamos a los perros, tapizamos de rosas el mundo, morimos de amor por la patria, pero ignoramos la desaparición de seis especies animales cada hora del día y de la noche por la devastación criminal de los bosques tropicales, y nosotros mismos hemos destruido sin remedio uno de los grandes ríos del planeta. Nos indigna la mala imagen del país en el exterior, pero no nos atrevemos a admitir que la realidad es peor. Somos capaces de los actos más nobles y de los más abyectos, de poemas sublimes y asesinatos dementes, de funerales jubilosos y parrandas mortales. No porque unos seamos buenos y otros malos, sino porque todos participamos de ambos extremos. Llegado el caso —y Dios nos libre— todos somos capaces de todo.
Tal vez una reflexión más profunda nos permitirá establecer hasta qué punto este modo de ser nos viene de que seguimos siendo en esencia la misma sociedad excluyente, formalista y ensimismada de la Colonia. Tal vez una más serena nos permitirá descubrir que nuestra violencia histórica es la dinámica sobrante de nuestra guerra eterna contra la adversidad. Tal vez estemos pervertidos por un sistema que nos incita a vivir como ricos mientras el cuarenta por ciento de la población malvive en la miseria, y nos ha fomentado una noción instantánea y resbaladiza de la felicidad: queremos siempre un poco más de lo que ya tenemos, más y más de lo que parecía imposible, mucho más de lo que cabe dentro de la ley, y lo conseguimos como sea: aun contra la ley. Conscientes de que ningún gobierno será capaz de complacer esta ansiedad, hemos terminado por ser incrédulos, abstencionistas e ingobernables, y de un individualismo solitario por el que cada uno de nosotros piensa que sólo depende de sí mismo. Razones de sobra para seguir preguntándonos quiénes somos, y cuál es la cara con que queremos ser reconocidos en el tercer milenio.
La Misión de la Ciencia, Educación y Desarrollo no ha pretendido una respuesta, pero ha querido diseñar una carta de navegación que tal vez ayude a encontrarla. Creemos que las condiciones están dadas como nunca para el cambio social, y que la educación será su órgano maestro. Una educación desde la cuna hasta la tumba, inconforme y reflexiva, que nos inspire un nuevo modo de pensar y nos incite a descubrir quiénes somos en una sociedad que se quiera más a sí misma. Que aproveche al máximo nuestra creatividad inagotable y conciba una ética —y tal vez una estética— para nuestro afán desaforado y legítimo de superación personal. Que integre las ciencias y las artes a la canasta familiar, de acuerdo con los designios de un gran poeta de nuestro tiempo que pidió no seguir amándolas por separado como a dos hermanas enemigas. Que canalice hacia la vida la inmensa energía creadora que durante siglos hemos despilfarrado en la depredación y la violencia, y nos abra al fin la segunda oportunidad sobre la tierra que no tuvo la estirpe desgraciada del coronel Aureliano Buendía. Por el país próspero y justo que soñamos: al alcance de los niños.

MOMO segunda parte "los hombres grises



ANALISIS

cuando en medio de la vida alegre y relajada que llevan todos aparecen unos seres que les complican la vida pero sin que nadie se dé cuenta, excepto Momo y sus dos mejores adultos amigos. Son los “hombres grises” que no son más que una metáfora del gran problema que está afectando hoy en día a muchas culturas y que es la “falta de tiempo”. Pues sí, estos señores son ladrones del tiempo de las personas, se alimentan de ello sin que las mismas personas se enteren de nada. Esto me hace entender que estos hombres grises osea la falta de tiempo nos afecta mucho ya que sin este no podemos hacer nada,es algo necesario y estos personajes lo roben

Tambien nos muestra que a veces se nos pasa el tiempo muy rapido o muy lento y es porque cuando se nos pasa muy lento estamos haciendo algo que no nos gusta o nos aburre y cuando se pasa rapido es porque estamos haciendo algo que nos anima y nos concentramos tanto que se nos pasa el tiempo muy rapido.

tambien nos muestra que es uno malgasta el tiempo cuando come o hace algo esencial .este argumento no me parece porque nosotros debemos tener tiempo para todo y repartirlo para todas las cosas.

nosotros debemos saber que cosas nos estan quitando tiempo o son de mala influecia para aprovechar muy bien nuestro tiempo y tener coas mas importantes por resolver




sábado, 24 de abril de 2010

martes, 20 de abril de 2010

taller n° 1

1) mi mamá
mi papá y toda mi familia

2) mi amor mis sentiminetos es lo maximo que les puedo brindar

3) espero un poco de amor , sentiminetos y afecto que es lo que me da fortalezas para seguir hacoiendo mi vida

4) en mi casa es el lugar donde me siento mas comoda ya que en esta permanesco la mayoria del tiempo

5)solidaria,responsable,respetuosa,honesta e.t.c

6)los describo como algo muy importante ya que estos me describen como persona

7)mi papel como empleado es rendir y te ner un buen promedio en mis materias

8)trato que mi comunidad siga los mejores pasos para llegar todos al triunfo y a tener un promedio excelente

10 años adelante

1) tengo 24 años

2)mi vida es muy ordenada tengo un horario para cumplir mis actividades y so demasiado coordinada

3)trabajo en una empresa muy importante de la ciudad hace poco tiempo ya que me retire de mi otro trabajo porque se me estaban presentando problemas

4)estudiar una carrera profesional de administracion de empresas donde obtuve los mejores promedios

5)mi salud fisica es muy buena ya que me ejercito en las noches en un gimnasioy tambien me alimento adecuadamente.mentalmente estoy bien ya que no me estreso llevo mi vida muy tranquilamente

6)me relaciono muy bien desde el principio llevo una relacion con ellos muy buena aunque en algunos momenntos tenemos problemas

7)mi universidad porque disfrute mucho el transcurso del tiempo de mi carrera,mi relacion sentimental ya que es estable,y la relacion con mis padres proque nos entendemos

8)poder terminar mi carrera con honores y formarme como persona

9) estoy muy bien ya que la empresa en la que trabajo es una de las mejores a nivel mundial y ademas tengo una cuenta en la cual deposito mis ahorros

10)tengo una cuenta bancaria donde cada semana ahorro dinero para beneficios enn el futuro

11)haberme graduado con honores ,estar bien economiamente y salir adelante sin ayuda de mis padres

los 8 procesos para ser autonomo

  • procesos
  • experiencia negativa
  • sueño a largo o corto plazo

DEJAR IR ES:
  • Cuando me pasaba algo en el colegio no se me olvidaba nunca
  • soltarme de mis padres

DEJAR DE PREOCUPARSE :

  • Cuando me molestaban por mi color de piel
  • aceptarme y quererme como soy

DEJAR VENIR ES:

  • Cunado mis papás me regañaban proque depronto bajaba mi rendimiento
  • fijarme en mi universidad

SER SINGULAR :

  • Cuando algunas personas me decian que me dejaba manipular
  • tomar decisiones para mi propio bien

SUPERAR LA ZONA DEL TEMOR :

  • Antes me daba miedo presentar exposiciones delante mis compañeros
  • entrar en una academia de teatro

VACIAR EL BASURERO :

  • Cuando queria decir algo pero no lo decia por mi indecision
  • tomar decisiones por mi misma

DEJAR DE ESTAR PREOCUPADA PARA COMPRENDERSE:

  • Algunas veces me equivoco pero digo y aterco que lo que e hecho esta bien
  • Hacer cosas que me sirvan para un futuro

EMPEZAR ALGO:

  • Una nueva vida en otra ciudad
  • Cuando mis padres me dijeron que nos ibamos a vivir a cali
MATRIZ '' DOFA ''
DEBILIDADES :
  • Mi malgenio
  • Un poco desordenada
  • Las matematicas y la fisica
  • Me estreso por todo
  • Soy un poco timida

OPORTUNIDADES :

  • Tener un hogar
  • Tener un estudio
  • Estudiar en una buena universidad
  • Tener un buen trabajo (largo plazo )
  • Tener ingresos para poder estudiar la carrera que yo quiero

FORTALEZAS :

  • Tengo un buen aprendizaje
  • Inteligente
  • Responsable
  • Tengo un buen rendimiento academico

AMENAZAS :

  • Si no estudio no consigo mis metas
  • No entrar a una buena universidad
  • Me puedo quedar sin trabajo
  • No terminar mis estudios
  • Desempleo